La zorra y las gallinas

 

 

 
 
 

El olfato llevó a la zorra hasta un gallinero protegido por una alambrada, donde las gallinas engordaban y ponían huevos.

Viendo la zorra que la malla metálica era demasiado alta como para saltarla, se guardó de intentarlo y discurrió una estrategia.

Se acercó sigilosa, sin ser vista, hasta un arbusto que crecía al lado del gallinero y desde allí comenzó a gritar, poniendo voz de gallina: "¡Sococorro, socococorro! Ayudadme compañeras, se ha metido una comadreja dentro del gallinero y me esta atacando. ¡Sococorro! Venid a ayudarme o nos matará a todas."

Las gallinas, como esperaba la zorra, hicieron honor a su nombre y corrieron despavoridas por todo el gallinero, muchas saltaron, ayudadas por sus alas, fuera de él para salvarse.
Pero, la astuta zorra las estaba esperando, y, por supuesto, dio buena cuenta del emplumado banquete.


Esta táctica es empleada a menudo por los políticos en tiempo de elecciones, que nos presentan a sus opositores como alimañas, para que vayamos directos a las fauces de ellos.

B.C.A.